sábado, 27 de agosto de 2011

experimento de la tv

Es conocido que la persona promedio pasa aproximadamente tres horas al día sentada frente al aparato de televisión, lo cual representa la mitad de su tiempo libre. Y es conocido que televidentes asiduos reportan ver televisión ocho horas al día.

La televisión puede enseñar y entretener y está claro que provee la distracción y el escape que todos necesitamos. Sin embargo, la dificultad surge cuando uno siente fuertemente la necesidad de ver tanta televisión y aun así, no es capaz de reducirla.

En 1997, setecientos niños japoneses fueron llevados con urgencia al hospital para ser tratados de ataques epilépticos. Más adelante, estos ataques fueron atribuidos a un programa que estaba siendo transmitido y que involucraba una exagerada versión del juego de Pokémon, el cual contiene luces coloridas intermitentes. Se han realizado experimentos de laboratorio para estudiar las reacciones de la gente ante la televisión, monitoreando las ondas cerebrales a través del uso del electroencefalograma. Aquellos que participaron en el estudio, llevaban un buscapersonas (beeper). Se les enviaba una señal de seis a siete veces al día, de manera aleatoria, por una semana. Cuando escuchaban el “bip”, tenían que escribir lo que estaban haciendo y cómo se estaban sintiendo. Cuando recibían la señal, quienes estaban viendo la televisión, decían sentirse relajados y pasivos. Tomando como referencia la producción de las ondas cerebrales alfa, los estudios mostraron menos estimulación mental cuando veían la televisión, que cuando estos participantes estaban leyendo. Luego de que se apagaba el aparato de televisión, el estudio mostró que los participantes seguían sintiéndose relajados y pasivos, como si toda su energía se hubiera ido.

Esto sugiere que ver televisión tiene un efecto adormecedor y que actúa ante el cuerpo como un tranquilizante. Se presenta somnolencia y es posible que incluso se llegue a experimentar depresión al continuar viendo televisión. Una persona en realidad se desconecta de la vida real y se sumerge en lo que se está mostrando en la pantalla, lo cual, a su vez, provoca un exceso de atención, más de lo que se había previsto al inicio.

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